Pensamiento del mes...

"El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice" (Aristóteles)

"No he encontrado nunca nada en mi vida tan potente como la Comunicación, es mágica, cuando dos personas se encuentran emocionalmente hay de verdad un cambio químico en el cuerpo" (Dr. Mario Alonso Puig)

"Si no tienes nada bueno, verdadero y útil que decir, es mejor quedarse callado y no decir nada" (Tao)

jueves, 22 de diciembre de 2011

EL FIN DE LA ERA DE LA COMUNICACIÓN PERSUASIVA

Ahora entiendo por todo lo que he tenido que pasar. De una empresa de comunicación a otra, más grande o más pequeña, como empleado o como autónomo, como alumno o como maestro, conociendo diversas tipologías de clientes, incluso a un lado o al otro de los medios de comunicación.

Siento que tuve que conocer todas las caras del prisma que conforman el espectro comunicativo de nuestro tiempo, para ver las mil y una variantes de la comunicación dominante en nuestra era, la Comunicación Persuasiva.

Ésta es la que pretende inculcarnos una forma de pensar y actuar en base a la toma de decisiones predeterminada, es decir, a hacernos creer que obramos o pensamos por nosotros mismos, pero que en realidad nos impone una programación diseñada por otros. Alguien dirá que no es verdad, que como bien dice su nombre, la comunicación Persuasiva tan sólo pretende persuadirnos, convencernos sin menoscabar nuestra libertad.
Yo digo que éste es el argumento de venta, el que compramos para seguir pensando que aún somos libres y capaces de decidir por nosotros mismos. Éste es el gran logro de los que nos dominan a través del gran circo mediático mundial: “Dominar sin que el dominado se dé cuenta”.

Pero incluso cuando nos damos cuenta, volvemos a la dominación porque nos sentimos más seguros. Es más fácil y cómodo que pensar, sentir o actuar por uno mismo, con la carga de responsabilidad que ello conlleva. Hay que felicitarlos porque han conseguido dominar a los seres humanos por encima y por debajo, por delante y por detrás, por fuera y por dentro.

Lo bueno es que estamos avanzando hacia una nueva era, hacia un cambio de paradigmas sin precedente en la historia humana, que hará que cambien también las empresas y sus sistemas. Lógicamente también cambiará la comunicación de éstas con sus públicos, tanto internos como externos. Creo sinceramente que la “falsedad” de la era de la Comunicación Persuasiva está llegando a su fin. No tanto por el ingrediente de “persuasiva” que contenía, sino por el resto de ingredientes no declarados: manipulación, ocultación, mentira…, que hacían que se nos indigestase tanta comunicación dominante.

Ya no nos convence el milagroso detergente, ni el político salvador, ni el partido del siglo, entre tantas otras cosas. Seguramente porque ni lava más blanco que el anterior, y si lo hace es que antes me engañaban; ni el político pretende salvar a nadie más que a sí mismo; ni el partido puede ser el del siglo cuando me lo anuncian 20 veces en un año.

Preferimos otro tipo de relación con las empresas y por tanto otro tipo de comunicación. Una comunicación más honesta, más sincera, más verdadera, más humana en toda su amplia concepción holística. Una comunicación que abarque cuerpo-mente-espíritu, toda nuestra auténtica realidad y no sólo alguna de las caras del puzzle de nuestro ser. Una COMUNICACIÓN CONSCIENTE que tenga en cuenta sobre todo al receptor, sus intereses, sus preocupaciones, sus anhelos, sus realidades y sus necesidades.

La anterior comunicación, la persuasiva, en el fondo solo obedecía a los intereses del emisor, por eso está fracasando y solo se perpetúa cuanto más se pervierte y adultera, como el disfraz que aplican a los alimentos para que sigas comiendo productos que te perjudican más que te benefician. Ya no queremos eso porque nos damos cuenta del engaño, del oscuro juego de intereses. He aquí el cambio de era, los humanos declaramos el fin de la era de la comunicación persuasiva, para entrar en la era de la COMUNICACIÓN CONSCIENTE.

Como este hecho es solo para valientes, avanzados, visionarios y sobretodo seres conscientes, me comprometo en el primer post del 2012 a entrar a fondo en la explicación de esta nueva comunicación. Hasta entonces, Felices Fiestas !!.

lunes, 21 de noviembre de 2011

EJEMPLO DE COMUNICACION CONSCIENTE

Se trata de THRIVE (Prosperar), la película-documental que puede cambiar nuestras vidas, o al menos, nuestra visión del mundo actual y futuro.

Descubrir cómo funciona este mundo es fundamental para saber cómo cambiarlo. Las soluciones que aporta tanto de nuevas energías, inventos, sistemas, etc., nos dan la certeza que nos encontramos ante las puertas del mayor cambio en la historia de la humanidad.

Disfrutadlo con calma y atención, pero eso sí vedlo todo, porque no tiene desperdicio de principio a fin.





miércoles, 2 de noviembre de 2011

¡ BENDITA CRISIS ! - Importancia de la Comunicación

Bendita crisis que está haciendo despertar a la gran mayoría, los “dormidos”, los indiferentes, los mediocres, los tibios, los que no se mojan, (llámales como quieras). Éstos que sólo se preocupaban por que les dejen en paz, por vivir su vida, que no les molesten. Ahora ya empiezan a ver que en la vida hay, o debe de haber, algo más que la propia vida. Que no solo se trata de llegar a fin de mes, de tener algún capricho o de ir a cenar de vez en cuando. Ahora ven que no lo tienen, ó que “otros” no lo tienen y a ellos también les puede llegar la hora, por lo que empiezan a pensar en la justicia, en los abusos del poder, en definitiva, en el sentido de todo.


¿Para qué tanto esfuerzo?; ¿Para qué tanta preocupación?; ¿Qué sentido tiene ir degenerando para acabar “palmando”?...


Es curioso que cuando lo material falla, (y siempre falla), nos volvemos existencialistas, incluso cuando durante años no fallase, el final de nuestras vidas también nos hacía volver la vista atrás y repetir las preguntas anteriores sumadas al ¿quién soy?, ¿de dónde vengo? y ¿a dónde voy?.


Bendita crisis porque está destapando todo lo mal hecho, lo negativo, los abusos, lo que todos veíamos pero girábamos la cara y… nos comprábamos algo o nos íbamos al cine. Esto se ha acabado. Esta crisis ha sido como dar la luz, encender una bombilla en la penumbra del mundo y ver que había mucho polvo, mucha podredumbre y mucho dolor. Ante esto, hasta los “tibios” dicen ¡basta!. No solo se destapan los grandes abusos, también los pequeños, los del día a día, aquellos contratos que tú me das y yo te doy, aquel favor que ya te pagaré con un trabajo aunque no lo hagas, aquellas facturas que tú y yo sabemos…


Sí señoras/es, porque éste ha sido nuestro mundo durante años, muchos años, y esto está cayendo por su propio pie, se desmorona, se está destapando, está saliendo a la luz y muchos están tomando buena nota para dar con lo que realmente hay que hacer: limpiar, ordenar y volver a colocar, como cuando arreglas el trastero, sucio y lleno de trastos.


La cuestión es “cómo lo volveremos a colocar”. Está claro que no como hasta ahora y no con los de ahora. Se necesita el apoyo de todos/as para colaborar, para dar ideas, para echar una mano en la creación de nuevos sistemas más justos, más igualitarios, más libres…y si para ello hay que realizar profundos cambios, ¡que se hagan!.


Sólo con un repaso por internet te das cuenta que ya existen hoy en día centenares de iniciativas para este nuevo mundo.


  • Hay médicos y farmacéuticos que conocen “medicamentos que curan” y no sólo que cronifican enfermedades para lucrar a las farmacéuticas.
  • Hay ingenieros que ya trabajan con motores magnéticos y con otras fuentes de energía que nos liberarían de la dependencia energética de unas cuantas “corporaciones”.
  • Hay expertos que nos hablan de permacultura, y de otras técnicas que nos aseguraría una alimentación sana, abundante y ecológica para todos.
  • Hay Educadores que saben realmente lo que hay que enseñar a nuestros hijos y cómo hay que hacerlo.
  • Hay Economistas que nos hablan de la nueva orientación de la empresa hacia el bien común y de nuevos modelos socioeconómicos justos y sostenibles.
  • Hay Científicos que nos aseguran la regeneración de los ecosistemas si aplicamos los nuevos avances tecnológicos.
  • Hay Físicos que nos hablan de un progreso increíble gracias a los avances que se están realizando en el campo de la física cuántica.  


Demos la palabra a todos estos que sí nos proponen auténticas soluciones para nuestro mundo, y que sí proponen la mejora de nuestro bienestar. Por el contrario, quitemos la palabra a los que por décadas nos están prometiendo lo que no dan, pero nos quitan todo.


¡Quién dice que no es importante la comunicación!. ¿Acaso con la comunicación de este artículo no se abre tu corazón, tu mente, tu acción?. Para coordinar todo esto hará falta mucha comunicación entre todos y para todos. Cada uno desde su vida, haga lo que pueda por comunicar esperanza, por dar voz a quien tiene algo bueno para exponer, a dar salida a las iniciativas positivas para la humanidad.


¡Revelémonos!:
  • Que los responsables de los Mass Media publiquen la verdad, sin interferencias de sus anunciantes ni de los grupos de poder que los controlan.
  • Que los cuerpos de seguridad protejan a los científicos, inventores y expertos que pueden ayudar a toda la humanidad.
  • Que los buenos profesionales se presenten para optar a ser dirigentes en pro del bien común, ¡les votaremos!.
  • Que los grandes espíritus, la gente de corazón, no deje de abrir consciencias y ayudar a los demás.


Bendita crisis porque tal vez sea el empujón que necesitábamos para despertar, porque querer, ya queríamos.




sábado, 22 de octubre de 2011

LA NECESIDAD PRIMARIA DE COMUNICARSE

Esta es una de aquellas verdades inmutables como que necesitamos respirar y comer para vivir. La necesidad de comunicarse, etimológicamente: “entrar en relación con…”, es una necesidad vital, un elemento fundamental para nuestra propia supervivencia. El hecho de interactuar es lógicamente establecer una relación más o menos profunda, más o menos intensa, más o menos superficial, más o menos compleja, pero siempre determinante para nuestras vidas. Todo contacto, toda relación, toda comunicación en definitiva, ejerce una poderosa influencia en nuestro ser, a veces más o menos perceptible.
 
 
Incluso a nivel material, físico… “no hay bien alguno que nos deleite sino lo compartimos”, como bien decía Séneca.

Todos sentimos necesidad de compartir por diferentes motivaciones, lo bueno y lo malo que nos sucede en la vida, y esto por lo que respecta a nuestra relación con otros seres humanos aunque sea a distintos niveles: familiar, amistad, laboral, social... Hemos de reconocer que también interactuamos con vegetales, animales, minerales, mundo, cosmos, universo, dioses… y con todos ellos nos “comunicamos”. A lo largo de la historia hay claros ejemplos de comunicación individual y colectiva con lo visible y lo invisible.

Aunque creamos que podemos prescindir de la comunicación anulando toda relación, nos daremos cuenta que seguimos estando en “relación con…” cuanto menos con nosotros mismos, por lo que seguiremos comunicándonos con nuestro propio ser. Es evidente que se trata de una necesidad vital que además no podemos evitar a menos que dejemos de existir.

Es curioso que ante esta certeza tan importante que puede marcarnos de por vida, puesto que toda “relación con…” deja su marca en nuestro ser, no se nos prepare para ello en el seno familiar, en la escuela ó en nuestra capacitación profesional, salvo los estudios específicos que requieren un mayor o menor conocimiento en comunicación. Aún así, ni los supuestos profesionales en esta materia son adiestrados correctamente, puesto que son obviados ó menospreciados aspectos fundamentales para una correcta “relación con…”, en definitiva, para una correcta comunicación.

Esta materia debería ser objeto principal en los planes de estudios de todos nuestros escolares y estudiantes, y no sólo la capacitación en la trilogía ortográfico-gramatical-semántica; las relaciones emisor-receptor ó en lenguas extranjeras, que también es importante. Me refiero a una visión de la comunicación capaz de empapar todas las dimensiones del ser humano, cuerpo-mente-espíritu. El estudio y práctica de la comunicación a través de una visión holística del ser humano puede reformular muchos axiomas, paradigmas ó dogmas que hasta ahora creíamos inmutables en el mundo, sobretodo, de la Comunicación Empresarial.

viernes, 21 de octubre de 2011

LA HUMANIZACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES

Hoy en día se habla mucho de que vivimos en una sociedad egoísta, poco solidaria y nada altruista. Personalmente me resisto a considerar esta afirmación como una realidad absoluta. Bien es cierto que parece ser que estos aspectos negativos abundan en nuestro mundo, pero por otro lado observo un comportamiento humano individual cargado de un extraordinario valor positivo:
  • Participación activa en programas sociales.
  • Aumento del voluntariado y de socios en las Ong’s.
  • Recaudaciones masivas de recursos para causas justas.
  • Desplazamiento del dinero como único valor supremo de nuestra escala de valores.
  • Implantación de una conciencia más elevada, etc.
Parece como si "la Enfermedad", (definida como: la carga que podemos llevar de insolidaridad y egoísmo en nuestro interior), nos acogiera a todos en masa, a la vez; o bien a aquellos pocos que por naturaleza "enferman"; o como a seres individuales, que de forma puntual y esporádica también nos "resfriamos"; pero sin afectar a la mayoría de individuos en estado normal.
No se trata por tanto de una "Enfermedad" que haya alcanzado registros de epidemia. Creo que debe existir una disociación al considerar "la Enfermedad" de forma general o de forma individualizada.
De todas maneras, como vivimos en sociedad y muchas veces en una sociedad muy impersonal y distante, (en especial por la tendencia a las grandes concentraciones humanas), reflejamos en ella nuestro comportamiento más externo y superficial. Es por ahí, en la superficie, que "la Enfermedad" actúa con más virulencia, cuando nadie tiene nombres y apellidos, cuando somos uno más de este barrio, ciudad o país…, es cuando ésta se hace más patente.
Vivimos política, social y laboralmente, inmersos en las redes de nuestras propias organizaciones, creadas, gestionadas y mantenidas por nosotros mismos. Hoy día el nivel de dependencia de un ser humano hacia su entorno organizacional es mucho más fuerte que el que tiene hacia su entorno humano. (El trabajo nos quita muchos momentos que pertenecen a la familia, los amigos o la comunidad). De ahí que el gobierno, la empresa, la universidad, el despacho, el partido… adquieran mucha más relevancia que Juan, Irene, Salvador o Pilar, como posibles amigos, familiares o vecinos.
Parece como si las organizaciones en las que nos movemos nos hubieran contagiado su excesivo individualismo y egocentrismo. La lógica frialdad de sus estructuras ha penetrado en nuestra carne humana, caliente y viva, enfriando también nuestra capacidad de respuesta hacia lo humano.
Recordemos que el tipo de organización que más nos interesa aquí es la empresa, y recordemos también que busca únicamente la satisfacción de sus propios intereses (en forma de beneficios), sin pensar por supuesto en ayudar a cubrir ningún tipo de necesidad ajena, ya que por norma, al competidor se le ha de ver hundido y a la empresa u organización ajena a nuestro sector de interés, simplemente hay que ignorarla.
Tal vez, como seres humanos, hemos delegado demasiado nuestra confianza en las estructuras, los sistemas y las organizaciones, dejando demasiado de lado el factor humano, y no me refiero como "pieza de un engranaje", que eso sí que por desgracia lo hemos tenido en cuenta; sino como ser vivo y repleto de humanidad, y que por tanto da vida a esas mismas estructuras, sistemas y organizaciones, dotándolas de sentido.
Recordemos en esencia, que el sentido real de una empresa en este mundo es el de proporcionarnos el medio para desarrollar nuestras vidas de la mejor manera posible, tanto por los bienes/servicios que produce, como por los individuos que dependen de ella tanto dentro como fuera de la organización.
Si por el contrario, la empresa destroza, impide o simplemente disminuye el desarrollo normal de nuestras vidas, dejará de cumplir su función básica y por tanto se convertirá en lo que muchas empresas son hoy en día: centros de producción masiva de "la Enfermedad":
  • Lugares en los que se fomenta la competitividad que desemboca en rivalidad
  • La individualidad aunque se disfrace de trabajo en equipo
  • La primacía de los intereses de la empresa incluso por encima de los del grupo humano que la sostiene.
Todo ello es normal que genere grandes dosis de egoísmo e insolidaridad.
El reto para la nueva era es evidente. Invertir el proceso de enfriamiento de los seres humanos por el del calentamiento de las organizaciones y empresas que hemos creado. Infundir sangre nueva, caliente y vital en todos los niveles de la organización. Es decir, dotar a las empresas de una Ética Corporativa que vaya más allá de una sucesión de acciones filantrópicas sin continuidad. Evitemos la caridad asistencial para plantear unos objetivos que desarrollen iniciativas de continuado progreso para el bien común, allí donde la influencia de la empresa sea más conveniente.
Hay que empezar a tratar a la empresa como un ser vivo que orientamos y dirigimos nosotros, los seres humanos, y que por tanto no nos dejamos dominar por ella.
La Responsabilidad Social puede ser uno de los instrumentos de la Ética Corporativa en la nueva era, para potenciar el bien común, favoreciéndonos por tanto a nosotros mismos y a los intereses de nuestras propias organizaciones. En un mundo en el que todos los campos del saber están demostrando que todo se intercomunica, hay que plantearse que el bien social es nuestro bien.
Cuando una empresa impacta con sus decisiones a la sociedad que la rodea, no puede desvincularse de las consecuencias de éstas decisiones. La humanización de la empresa está siendo en los principales foros de vanguardia el aspecto más destacado, y con ello, la confirmación de que se convertirá en un factor de cambio y de éxito empresarial. Tal vez de esta forma iniciemos un contagio masivo de Consciencia Humana en nuestras empresas, que no importe que adquiera dimensiones de epidemia.