Pensamiento del mes...

"El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice" (Aristóteles)

"No he encontrado nunca nada en mi vida tan potente como la Comunicación, es mágica, cuando dos personas se encuentran emocionalmente hay de verdad un cambio químico en el cuerpo" (Dr. Mario Alonso Puig)

"Si no tienes nada bueno, verdadero y útil que decir, es mejor quedarse callado y no decir nada" (Tao)

sábado, 22 de octubre de 2011

LA NECESIDAD PRIMARIA DE COMUNICARSE

Esta es una de aquellas verdades inmutables como que necesitamos respirar y comer para vivir. La necesidad de comunicarse, etimológicamente: “entrar en relación con…”, es una necesidad vital, un elemento fundamental para nuestra propia supervivencia. El hecho de interactuar es lógicamente establecer una relación más o menos profunda, más o menos intensa, más o menos superficial, más o menos compleja, pero siempre determinante para nuestras vidas. Todo contacto, toda relación, toda comunicación en definitiva, ejerce una poderosa influencia en nuestro ser, a veces más o menos perceptible.
 
 
Incluso a nivel material, físico… “no hay bien alguno que nos deleite sino lo compartimos”, como bien decía Séneca.

Todos sentimos necesidad de compartir por diferentes motivaciones, lo bueno y lo malo que nos sucede en la vida, y esto por lo que respecta a nuestra relación con otros seres humanos aunque sea a distintos niveles: familiar, amistad, laboral, social... Hemos de reconocer que también interactuamos con vegetales, animales, minerales, mundo, cosmos, universo, dioses… y con todos ellos nos “comunicamos”. A lo largo de la historia hay claros ejemplos de comunicación individual y colectiva con lo visible y lo invisible.

Aunque creamos que podemos prescindir de la comunicación anulando toda relación, nos daremos cuenta que seguimos estando en “relación con…” cuanto menos con nosotros mismos, por lo que seguiremos comunicándonos con nuestro propio ser. Es evidente que se trata de una necesidad vital que además no podemos evitar a menos que dejemos de existir.

Es curioso que ante esta certeza tan importante que puede marcarnos de por vida, puesto que toda “relación con…” deja su marca en nuestro ser, no se nos prepare para ello en el seno familiar, en la escuela ó en nuestra capacitación profesional, salvo los estudios específicos que requieren un mayor o menor conocimiento en comunicación. Aún así, ni los supuestos profesionales en esta materia son adiestrados correctamente, puesto que son obviados ó menospreciados aspectos fundamentales para una correcta “relación con…”, en definitiva, para una correcta comunicación.

Esta materia debería ser objeto principal en los planes de estudios de todos nuestros escolares y estudiantes, y no sólo la capacitación en la trilogía ortográfico-gramatical-semántica; las relaciones emisor-receptor ó en lenguas extranjeras, que también es importante. Me refiero a una visión de la comunicación capaz de empapar todas las dimensiones del ser humano, cuerpo-mente-espíritu. El estudio y práctica de la comunicación a través de una visión holística del ser humano puede reformular muchos axiomas, paradigmas ó dogmas que hasta ahora creíamos inmutables en el mundo, sobretodo, de la Comunicación Empresarial.

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