Pensamiento del mes...

"El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice" (Aristóteles)

"No he encontrado nunca nada en mi vida tan potente como la Comunicación, es mágica, cuando dos personas se encuentran emocionalmente hay de verdad un cambio químico en el cuerpo" (Dr. Mario Alonso Puig)

"Si no tienes nada bueno, verdadero y útil que decir, es mejor quedarse callado y no decir nada" (Tao)

miércoles, 9 de mayo de 2012

EL VERDADERO CAMBIO (3 de 3)


ELEVAR EL NIVEL DE CONSCIENCIA

Si como decía Einstein, elevar el nivel de consciencia ha de ser la manera como hemos de afrontar nuestros problemas para encontrar las mejores soluciones, no podemos perder ni un minuto más en no hacerlo. El primer objetivo y la única tarea que hemos de afrontar en lo sucesivo es elevar nuestro nivel de consciencia. El verdadero desarrollo y el auténtico progreso que anhelamos dependen de ello.

Si la Consciencia habla en lo más profundo de nuestro ser, está claro que el primer paso a dar es girar la vista hacia nuestro interior. Mirar dentro de nosotros sin ningún tipo de miedo. De esta forma podremos volver a ver, con ojos nuevos. Ser humildes para tener la capacidad de “desaprender lo aprendido”. Ser humildes para reconocer que lo que sé y he sabido tras tantos años de negocio tal vez no me sirva en estos momentos. No dar nada por sentado. No guiarse por el “qué me van a enseñar a mí” o “qué me van a explicar”. Hay que deshacerse de ese orgullo mal entendido y para ello deberemos adoptar una actitud de inocencia, de aprender de nuevo, de estar con la mente abierta. Ya saben el dicho: “La mente es como un paracaídas, sino se abre no sirve para nada”.

El segundo paso es situar a nuestra vida interior en el centro de nuestra vida exterior. La vida interior ha de ser el pilar que sostenga nuestra vida pública, tanto en lo personal, como en lo social y lo laboral. Ya lo decía Carl Jung:

“No podréis ver con claridad mientras no miréis en vuestro corazón… El que mira al exterior sueña. El que mira al interior despierta”.

Si seguimos fijándonos únicamente en las circunstancias externas, seguiremos “soñando”, seguiremos sin ver con claridad, de ahí que nadie atine en dar ninguna solución contra la crisis o los problemas que de ella se derivan. La calidad de nuestro trabajo no puede depender de las circunstancias exteriores, depende del camino que toma nuestra consciencia. Depende del camino que marcamos desde nuestro interior.

Hay que apartar la mente egoísta para dejar paso a la espiritualidad, que no es más que el cambio del interior, o sea, vencer el egoísmo que limita, para desarrollar los sentimientos que expanden. Fíjense que hablo de sentimientos y no de emociones. La palabra emoción viene del latín “emovere” que significa “remover/perturbar”, por lo que las emociones son más bien negativas, tales como el miedo, la angustia, la inseguridad, la culpa, la vergüenza…ya que vienen de la mente. Sin embargo los sentimientos son siempre positivos: aceptación, confianza, seguridad, amor… porque nacen del corazón, de ahí la importancia del “Maestro” del corazón, que es nuestra Consciencia.

Para centrarnos en esa vida interior que nos llene de paz y así ver con claridad para tomar las mejores decisiones y acertar con el camino adecuado, es fundamental: simplificar nuestra vida, vivir el presente y ser íntegros.

A nivel práctico: llevar una vida sencilla y poco materialista, primar “el ser” antes que “el tener”, seguir la intuición (nuestra voz interior), buscar espacios de soledad y reflexión incluso de meditación, desprendernos de lo que nos estorba o dificulta nuestro avance y ser testigos de nuestras vidas, eso es tomar distancia, ver los toros desde la barrera y no implicarnos en las emociones. Sólo obsérvalas y déjalas pasar. Perdemos demasiado tiempo y energía defendiendo nuestros puntos de vista, tan solo hay que exponerlos y seguir adelante. El querer que nos hagan caso es más producto del ego que del bien que queremos proponer.

El tercer paso consiste en vivir el ahora, no dejarnos llevar por la amargura del pasado o la incertidumbre del futuro. Muchos de los problemas o de las preocupaciones que nos asaltan son por estar permanentemente visionando nuestro pasado, dándole vueltas a lo que ya ocurrió, o bien por estar siempre anhelando lo que el futuro nos va a traer. Cuando pase esto o aquello todo se arreglará, cuando se den cuenta me valorarán, cuando tenga dinero lo haré, o por el contrario, seguro que todo irá a peor, de ésta no salimos, etc.

Una vivencia consciente y constante del momento presente nos conduce a la paz interior, y si en el aquí y ahora, además somos capaces de controlar las emociones, la felicidad gobernará todos los aspectos de nuestras vidas. Recordemos que la paz, la armonía, el bienestar, la dicha y la felicidad son el estado natural del ser humano. Sólo cuando nos alejamos de nuestra vida interior y de vivir el momento presente es cuando rompemos ese equilibrio armónico que nos hace felices.

Hay quien pensará que estos pasos solo sirven para alcanzar un mejor desarrollo espiritual, pero que no sirven para manejar nuestros negocios. Que el mundo de la empresa no tiene nada que ver con la vida interior, porque sencillamente el mundo real no tiene nada que ver con el mundo “ilusorio” del espíritu.

Bien, a tenor de los resultados que estamos viendo en el mundo entero tales como: crisis sistémica, desigualdad social, mayor brecha entre ricos y pobres, retroceso en los avances sociales, guerras por los recursos, economía fallida, sistema monetario obsoleto…, tal vez sea el momento de aplicar nuevas recetas. La propia ciencia, a través de reputados científicos en el campo de la física cuántica nos están diciendo que la realidad la creamos nosotros mismos, que nuestros pensamientos modelan nuestro entorno, que “Creer es Crear” y que lo que nos decían los antiguos sabios es más cierto que la propia materialidad que nos envuelve.

Tal vez ha llegado el momento de abrir nuevas vías, de intentar nuevas formas, de explorar otros caminos.

Tal vez, la innovación, el progreso, la calidad de nuestro trabajo, la excelencia o el éxito profesional, sí sean el resultado de la “Elevación de la Consciencia”.