Siento que tuve que conocer todas las caras del prisma que conforman el espectro comunicativo de nuestro tiempo, para ver las mil y una variantes de la comunicación dominante en nuestra era, la Comunicación Persuasiva.
Ésta es la que pretende inculcarnos una forma de pensar y actuar en base a la toma de decisiones predeterminada, es decir, a hacernos creer que obramos o pensamos por nosotros mismos, pero que en realidad nos impone una programación diseñada por otros. Alguien dirá que no es verdad, que como bien dice su nombre, la comunicación Persuasiva tan sólo pretende persuadirnos, convencernos sin menoscabar nuestra libertad.
Yo digo que éste es el argumento de venta, el que compramos para seguir pensando que aún somos libres y capaces de decidir por nosotros mismos. Éste es el gran logro de los que nos dominan a través del gran circo mediático mundial: “Dominar sin que el dominado se dé cuenta”.
Pero incluso cuando nos damos cuenta, volvemos a la dominación porque nos sentimos más seguros. Es más fácil y cómodo que pensar, sentir o actuar por uno mismo, con la carga de responsabilidad que ello conlleva. Hay que felicitarlos porque han conseguido dominar a los seres humanos por encima y por debajo, por delante y por detrás, por fuera y por dentro.
Lo bueno es que estamos avanzando hacia una nueva era, hacia un cambio de paradigmas sin precedente en la historia humana, que hará que cambien también las empresas y sus sistemas. Lógicamente también cambiará la comunicación de éstas con sus públicos, tanto internos como externos. Creo sinceramente que la “falsedad” de la era de la Comunicación Persuasiva está llegando a su fin. No tanto por el ingrediente de “persuasiva” que contenía, sino por el resto de ingredientes no declarados: manipulación, ocultación, mentira…, que hacían que se nos indigestase tanta comunicación dominante.
Ya no nos convence el milagroso detergente, ni el político salvador, ni el partido del siglo, entre tantas otras cosas. Seguramente porque ni lava más blanco que el anterior, y si lo hace es que antes me engañaban; ni el político pretende salvar a nadie más que a sí mismo; ni el partido puede ser el del siglo cuando me lo anuncian 20 veces en un año.
Preferimos otro tipo de relación con las empresas y por tanto otro tipo de comunicación. Una comunicación más honesta, más sincera, más verdadera, más humana en toda su amplia concepción holística. Una comunicación que abarque cuerpo-mente-espíritu, toda nuestra auténtica realidad y no sólo alguna de las caras del puzzle de nuestro ser. Una COMUNICACIÓN CONSCIENTE que tenga en cuenta sobre todo al receptor, sus intereses, sus preocupaciones, sus anhelos, sus realidades y sus necesidades.
La anterior comunicación, la persuasiva, en el fondo solo obedecía a los intereses del emisor, por eso está fracasando y solo se perpetúa cuanto más se pervierte y adultera, como el disfraz que aplican a los alimentos para que sigas comiendo productos que te perjudican más que te benefician. Ya no queremos eso porque nos damos cuenta del engaño, del oscuro juego de intereses. He aquí el cambio de era, los humanos declaramos el fin de la era de la comunicación persuasiva, para entrar en la era de la COMUNICACIÓN CONSCIENTE.
Como este hecho es solo para valientes, avanzados, visionarios y sobretodo seres conscientes, me comprometo en el primer post del 2012 a entrar a fondo en la explicación de esta nueva comunicación. Hasta entonces, Felices Fiestas !!.
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