A día de hoy, 28 de marzo de 2012, el verdadero cambio aún no ha llegado. Se va acercando progresivamente, está cerca y va a ser un cambio sin precedentes en la historia humana. A nivel empresarial nos estamos preocupando por mantener el sistema, conseguir más clientes para la empresa, abrir nuevos mercados, abaratar costes…, está claro que los árboles no nos dejan ver el bosque.
Señores/as, las formas de pensar, hacer o dirigir…, que hasta ahora nos han funcionado, ya no lo serán a partir del momento en que se establezca el nuevo paradigma. Lo que pensábamos, lo que hacíamos y la forma en que lo hacíamos ya no nos va a ser útil en el nuevo modelo. Nos funcionó en el antiguo modelo, en el viejo paradigma, pero ahora el cambio es mucho más profundo y de otra naturaleza. Se está produciendo un gran cambio en todos los niveles de la existencia humana, a nivel social, político, económico y religioso, pero también a nivel interno en nuestro sistema de creencias, de valores, de ver la vida, de aceptar o no lo que nos viene, en nuestros sentimientos y emociones, en nuestras relaciones con los demás hasta con los más allegados.
Tratamos de solventar los problemas con las mismas soluciones de siempre. Ya lo decía Einstein:
“Los problemas importantes a los que nos enfrentamos no pueden ser resueltos desde el mismo nivel de consciencia en el que nos encontrábamos cuando los creamos”.
Éste es nuestro gran problema, no elevar nuestro “nivel de consciencia”, que no consiste en saber más, en descubrir nuevas técnicas o en adquirir nuevos conocimientos o habilidades. Eso son capacidades de la mente, y la consciencia está por encima de la mente racional. Es nuestro YO real, nuestro ser auténtico. La mente es la que no calla durante todo el día, la consciencia es la que habla en lo más profundo del ser. Habla poco, más bien se deja sentir. La Consciencia es la intuición que nos dice lo que hay que hacer; es la corazonada que nos previene o nos anima; es la certeza de que algo o alguien son de tal o cual manera. No por pertenecer a un mundo más sutil, las corazonadas, las intuiciones o las certezas han sido menos ciertas que nuestros pensamientos. Cuántas veces nos hemos arrepentido de no haberlas seguido, y cuando nos han fallado, es porque las hemos adobado con unas gotas de pensamiento y una pizca de racionalidad.
Tenemos dos claros objetivos como empresarios o directivos, yo diría como emprendedores de la nueva era:
- Conocer bien la diferencia entre la mente y la consciencia para poder guiarnos con eficacia en los nuevos tiempos en los que estamos a punto de entrar.
- Elevar nuestro nivel de consciencia para que nos sea mucho más fácil acometer los retos de presente y de futuro que están plantándose ante nosotros.
De esta forma sabremos qué hay que hacer y cómo hay que hacerlo. Conoceremos las soluciones y las herramientas para llevarlas a cabo.
(Debido a la extensión del post seguirá en dos partes más. Siguiente: "La Mente y la Consciencia").
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