Cuando hablamos de Comunicación Consciente lógicamente nos referimos a ser conscientes, a darnos cuenta de lo que comunicamos, a quién se lo comunicamos, cómo lo comunicamos y porqué lo comunicamos. “Darnos cuenta”, consiste en aplicar los cinco sentidos a lo que estamos haciendo, en este caso, la acción de comunicar o “entrar en relación con”.
Parece en principio bastante clara la motivación del acto en sí, a quién va dirigido, cómo lo enfocamos, porqué lo hacemos y qué mensaje lanzaremos hacia nuestros públicos.
Haciendo todo esto aún no estamos ejerciendo la Comunicación Consciente. Para ello, hace falta poner el espíritu a la letra. Es como saber perfectamente que voy a comunicar las excelencias de un nuevo refresco sin azúcar, y tras una gran campaña de marketing y publicidad ver que no obtengo los frutos deseados. Los consumidores no compran el producto porque su nivel de consciencia les dice que están siendo engañados. Cierto que no contiene azúcar, pero saben que es igual o peor consumir edulcorantes artificiales como el aspartamo E-951, el ciclamato E-952 ó la sacarina E-954.
Otra cosa sería que desde un principio creara un nuevo refresco bueno y sano, sin posibles daños colaterales, y lo comunicara honestamente. No se trata de lo que me permite la legislación, en cuanto a la inclusión de aditivos, edulcorantes, potenciadores del sabor, etc. Se trata de si me preocupo por la salud de mis clientes a través de mis productos. Les aseguro que éste mensaje sí llega a sus públicos, cada vez más informados y conscientes de lo que ingieren.
Sirva este pequeño ejemplo, de lo que está siendo la realidad futura cercana, para darnos cuenta de que existe un “espíritu” que hay que cumplir, a parte de la letra. Cada vez será más importante regirse por los Principios de la Comunicación Consciente.
Requisitos previos a dichos principios para consolidar en la bases de nuestra empresa:
Establecer una filosofía de empresa, enfocada al bien común de nuestros clientes y de la sociedad en general
Muchas empresas ya lo tienen y con grandes frases para enmarcar. Lo que proponemos es ir más allá de lo que la legislación me obliga y pensar en el beneficio integral de mis clientes (cuerpo, mente y espíritu). Normalmente se dice esto, pero se confunde con el beneficio integral de mi organización, y por supuesto que ni se plantea la empresa un beneficio más elevado, que alcance el estado mental (psíquico) ó espiritual de sus clientes, cuando muchas veces no les preocupa ni el cuerpo físico.
Diseñar una política de buenas prácticas para hacer que se cumpla el pensamiento y la filosofía de nuestra organización
Aquí ya hay pocas empresas que cumplan lo que dicen, básicamente porque se engañan a sí mismas y/o a sus clientes con el fin de alcanzar mayores beneficios económicos. Se trata de ser consecuentes con lo que decimos, predicar con el ejemplo. La ejemplaridad ha de ser una constante en la acción de la empresa.
Crear Valor de Futuro
Estar atentos a los avances en todos los campos y a las nuevas demandas de los consumidores/usuarios para incluir, modificar o corregir los puntos anteriores, nuestra Filosofía y nuestra Política de actuación. Ser capaces de la mayor flexibilidad con el fin de satisfacer el bien común de todos mis públicos.
Si se dan estas premisas, ya estaremos en posición para poder ejercer una comunicación acorde con los principios y fundamentos de la organización. Lógicamente si la empresa es Consciente, nuestra comunicación también lo será, siempre y cuando no la fastidiemos en este punto.
Para que nuestra comunicación sea consciente tendremos que basarnos en los siguientes principios específicos:
Principio de COHERENCIA
No se puede predicar lo que no se dice o se hace, pero aún iría más lejos… no se puede predicar lo que no se cree. Si en mis principios está la preocupación integral por mis clientes, está claro que debo actuar en consecuencia y establecer una comunicación coherente con este ideario.
Principio de HONESTIDAD
Decir la Verdad a toda costa, incluso cuando nos equivocamos. Se acabaron las mentiras, pero aún iría más lejos… también se acabaron las medias verdades o las verdades disfrazadas o interesadas. El interés no está en que mi empresa gane más dinero (causa), el interés está en el beneficio social de mi actividad, lo que me llevará a la consecuencia del beneficio económico. El dinero es un medio y una consecuencia, nunca un fin en sí mismo, ni una causa de mi existir como organización. ¿O es que no valoramos más el buen ambiente de trabajo, la satisfacción de lo bien hecho, el bienestar del consumidor…?. Apliquemos pues el primer principio.
Principio de LIBERTAD
Respetar siempre la libertad del Receptor. Como Emisor del mensaje de mi empresa nunca debo violentar, ni manipular, ni siquiera influir en el libre albedrío de mis clientes/usuarios. Recordemos el fin de la comunicación persuasiva en un post anterior de este Blog. Lógicamente si aplico el 2º principio y me limito a presentar la verdad, ésta será el argumento más poderoso que pueda existir. La Verdad nos hará libres y potenciará nuestro mensaje, no hace falta adornarla en exceso.
Principio de JUSTICIA
Todos queremos una sociedad más justa, pero ¿por qué no somos los primeros en aplicarla en nuestra comunicación? Reconocer lo que es justo y bueno para mantener la armonía dentro y fuera de la organización es algo que está en la base de las Relaciones Públicas. Éstas se entienden como una “actividad deliberada, planificada y constante para lograr el entendimiento entre una organización y sus públicos”.
Principio de SOLIDARIDAD
La solidaridad es el modo natural con el que se refleja la sociabilidad. Si nosotros como humanos somos seres sociales, también lo son nuestras organizaciones, que además dependen absolutamente de la sociedad en la que están inmersas. La solidaridad busca el bien de todos los seres, no solo de los humanos, sino también de los otros seres vivos, del entorno y el medio ambiente. El principio de Solidaridad está íntimamente ligado a la dignidad de todos los seres, de ahí que nuestros mensajes han de respetar esa dignidad, compartiendo los principios del bien común. Siempre hemos de preguntarnos si nuestra comunicación aporta o comparte algo positivo.
Así pues, apliquemos estos principios y estaremos realizando una COMUNICACIÓN CONSCIENTE, es decir, una comunicación Coherente, Honesta, Justa, Solidaria y respetuosa con la Libertad de nuestros públicos, con el consiguiente beneficio mutuo para todas las partes.
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