Con el predominio del interés económico, del beneficio a
cualquier precio, del crecimiento continuo o con la competitividad obsesiva, nadie
gana. La explotación ilimitada de unos recursos limitados, es absolutamente
idiota. Cualquier mente puede entender esto, de ahí que la consecuencia lógica
sea que estamos inmersos en una sociedad idiota con un sistema idiota. (Por
cierto, los que nos mandan no son idiotas, son psicópatas).
La empresa que Ama, es aquella empresa que se preocupa, que cuida,
que atiende, la que se da a sí misma, a sus trabajadores, a sus proveedores, a
sus clientes/consumidores y a todos aquellos públicos con los que tiene
relación en su actividad. No se trata solo de portarse bien con ellos, es algo
mucho más profundo. No sólo se trata de establecer unas buenas relaciones, ni
de gestionar la empatía, ni de transcurrir por los amables senderos de la
inteligencia emocional. Es algo que va mucho más allá de una simple relación de
conveniencia y de llevarse bien.
Aquellas empresas que son capaces de Amar a sus
trabajadores, a sus clientes y a todos sus públicos, son capaces de funcionar
correctamente. Estas empresas no saben lo que son las crisis y mantienen un
alto nivel de satisfacción por parte de su personal y de sus clientes.
Lógicamente no estoy hablando de un amor idílico,
sentimentaloide y paternalista. Hablo del Amor de la persona que se preocupa por
su pareja. Que busca día a día el bienestar y la felicidad de su amado/a. Se
trata de crear una empresa que atienda diariamente el cómo mejorar las
relaciones con sus públicos y en cómo hacer que sus empleados y clientes estén
más satisfechos con esa relación. ¡Preocuparse y Ocuparse!
Dejemos ya de lado a las empresas que te pagan 8 horas pero
te hacen trabajar 9 o más. Apartemos a las que cuando te pones enfermo te quitan
parte del sueldo con el argumento de que “es legal”. Será legal pero no ético,
ni moral ni siquiera humano. Que no se quejen de que después estos empleados no
se sientan parte de la empresa. Es lo mismo que una pareja maltratada no se
siente parte de esa relación. Es normal.
Para mejorar esto todo parte del interior de la empresa, de su filosofía, de
sus objetivos… Quién soy y adónde voy
como empresa. Para qué me he creado a mí misma. Es fundamental responder a
estas preguntas para conformar una hoja de ruta coherente con la esencia misma
de la empresa.
A estas alturas es evidente que la mayoría pensará que no se
puede mezclar la gestión empresarial con el Amor, que es absurdo y que no tiene
ninguna lógica. Sin embargo el Amor es la suprema lógica, aunque esta
comprensión sólo está al alcance de unos pocos. Lo que es realmente
ilógico es que nuestras empresas, nuestras vidas y todo el sistema de nuestro
mundo esté guiado por lo que dictan “los mercados”.
Para que la Empresa empiece a Amar, necesita que los seres
humanos Amen, y en especial los que están en los puestos de “arriba”. De este
modo todo fluirá de forma natural y todo cambiará hacia donde queremos que
cambie. Este proceso va a tener lugar sí o sí y más temprano que tarde, aunque
parezca imposible.
¡No hay imposibles para la energía más poderosa del
universo!