Nos encontramos ante las puertas de la última revolución: el
cambio de Consciencia en el fondo de nuestro quehacer empresarial. La
revolución definitiva de la que ha de surgir el sistema que nos proporcionará un
salto evolutivo de bienestar y plenitud a toda nuestra sociedad. Hasta el
momento sólo se han hecho cambios superficiales en la forma, lo que ha
conllevado sistemas imperfectos cuando no injustos y crueles, que no han durado
más allá de unas décadas o algún escaso siglo. Revoluciones sangrientas, luchas
despiadadas por los recursos, derroche de las energías y contaminación
asesina. Demasiados males para unos sistemas que solo buscaban el enriquecimiento
de unos pocos contra el empobrecimiento de la mayoría.
Si de verdad queremos triunfar en el plano de nuestra
realidad empresarial, no podemos dejar de lado el asunto de la Consciencia. Una
empresa Consciente es la clave de una empresa de éxito que se perpetuará en el
tiempo y logrará el mayor de los éxitos en todos sus niveles: comercial,
humano, profesional y social.
Podemos afirmar que una empresa que desarrolle su Consciencia,
su Ser, su Esencia, sentará las bases de su propio desarrollo y de la sociedad
que la rodea en forma de un bien común justo, equilibrado y armónico.
Las empresas que tomen la iniciativa en este campo obtendrán
el mayor de los logros que hoy día puede otorgarse: ¡la supervivencia! Pero más
allá de este logro pasajero, vendrá el posterior salto a una nueva era de
elegidos que perdurará hasta el fin de nuestra civilización. El desarrollo de una
Consciencia Empresarial basada en la verdad, la honestidad, la cooperación y el
bien común, en contraposición con los valores efímeros que nos han llevado al
colapso, producirá el mejor efecto jamás soñado en una corporación de bienes y
servicios.
Tal vez la mejor campaña de marketing y comunicación sea Ser uno
mismo con todas las consecuencias.
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